Davison Zapata tiene 17 años y lleva 4 haciendo trabajo comunitario. En este tiempo ha desarrollado iniciativas sociales y de participación para la niñez, razón por la cual este año está nominado al premio “Children’s Peace Prize”.
Este joven hace parte activa del Movimiento Gestores de Paz, organización conformada por niñas, niños y jóvenes de todo el país que tiene como eje la construcción de una cultura de paz, el ejercicio de la ciudadanía desde la niñez, y la defensa y reconocimiento de los derechos de la juventud.
Desde el movimiento este joven paisa ha logrado comprender la importancia de su papel como joven en la sociedad. Ha entendido que las niñas, niños y jóvenes tienen derechos y deberes como cualquier ciudadano, y por tal razón es fundamental defenderlos y ser parte activa de ellos.
Es habitante del barrio La Honda – Manrique, Comuna 3 de Medellín, y ha sido el responsable de la recuperación de espacios abandonados en su territorio. Uno de ellos hace las veces de biblioteca y vivienda de encuentro comunitario para la realización de, como dice él “conversaciones intergeneracionales, donde todos aporten desde sus experiencias para el mejoramiento de la comunidad”.
Como gestor de paz, para Davison es fundamental la promoción y defensa de los derechos de la niñez y la juventud. Es por esto que, por medio de talleres lúdico-recreativos, la dirección de un cine itinerante, la participación en jornadas deportivas y su estancia activa en otros escenarios de incidencia, busca generar espacios de inclusión donde puedan intervenir niños, jóvenes y adultos para la construcción de entornos de paz.
Su camino por la defensa de los derechos de la niñez ha sido largo, pero con numerosos frutos. Dentro de su comunidad es reconocido actualmente como un líder, el año pasado estuvo nominado al concurso “Joven Destacado” de la Alcaldía de Medellín en la categoría “Convivencia y Derechos Humanos.”
EL HECHO QUE LE VALIÓ LA NOMINACIÓN
La hoja de vida de Davison en el tema de la niñez y la juventud es amplia, sin embargo, una investigación realizada por él en 2015, en conjunto con el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, fue el hecho clave para que se perfilara como una gran opción de nominación al premio internacional.
Conociendo el entorno complejo que tiene su comunidad en el consumo de drogas y la importancia de la educación sexual, decidió realizar esta investigación. Su principal objetivo fue fortalecer el carácter de niñas, niños y jóvenes para que supieran decidir correctamente frente a estos temas.
Trabajaron con la población que aún no está en este círculo de consumo de drogas, igualmente con los jóvenes y niños que ya vivían esta realidad. Su inquietud central en el estudio siempre fue el cómo integrar a los chicos y hacerlos parte activa de la construcción social.
Para Zapata es primordial que estos chicos se sientan comprendidos y no marginados. Por ello, en el marco del proyecto, también trabajó en el fortalecimiento de sus potenciales creativos, políticos, sociales y de liderazgo dentro del entorno.
EL “INTERNATIONAL CHILDREN’S PEACE PRIZE”
Este premio es entregado cada año por La Fundación holandesa “Kids Rights”, a una niña o niño que, con sus acciones, haya contribuido a la defensa de los derechos de la niñez desde cualquier ámbito.
Pero más que un galardón, es una forma de reconocer la labor que los niños de todo el mundo hacen por mejorar sus derechos y sus modos de vida. Es un escenario de apoyo y voz hacia los niños y jóvenes para que cuenten sus historias de lucha, y comuniquen la importancia de su trabajo para cambiar el mundo.
Este año el premio internacional será entregado el 2 de diciembre en la ciudad de Ámsterdam.
UN MOTOR PARA CONTINUAR
Para Davison, estar entre los 120 niños nominados alrededor del mundo ya es ganancia. Considera que esto es un incentivo en él para aumentar su compromiso y su esfuerzo con el trabajo que viene realizando con las niñas, niños y jóvenes de la ciudad.
Gane o no el premio, Davison continuará soñando y esforzándose para asumir un rol más protagónico en la sociedad, donde logre generar más impacto a su alrededor. Por ahora, desde el Movimiento Gestores de Paz, trabaja sin descanso para eliminar la violencia contra los niños y construir entornos donde la cultura de la paz sea lo primero.