Al igual que la capacidad humana de aprender varios idiomas, se puede educar a las mascotas para que sean nuestros compañeros más fieles que, aparte de todo, nos ayudan a aprender su novedoso lenguaje.
Los animales desarrollan diversas formas de comunicación entre sí y han logrado comprender comportamientos propios del ser humano. No obstante, ellos necesitan su propia manera de hacerse entender y comunicarnos qué es lo que desean, aunque sean expertos en cómo hacer ceder a su amo en algunos aspectos.
Alrededor de los estudios en comportamiento animal, hablando de perros, existen varias verdades curiosas. Por ejemplo: el perro tiene la inteligencia de un niño de dos años, la orden más fácil para que aprenda es sentarse, es el único animal que puede sostenerle la mirada a los humanos, pueden aprender entre 150 y 200 palabras según las razas, carecen de sentimiento de culpa, reconocen fácilmente los estados de ánimo, aprenden solos a tomar atajos para llegar a un lugar según su comodidad, saben que somos útiles para ellos…
Sin duda es racional saber que los caninos pueden aprender, pues poseen un sistema nervioso funcional a su medida, esto facilita que capten comportamientos y palabras. A las mascotas se les puede hablar en cualquier idioma, pero para hacerlo más fácil, hablarles en inglés genera mejor recordación por ser palabras más cortas.
PERO, ¿QUÉ ES LO QUE ME QUIERE DECIR?
A veces el sentimiento de querer que una mascota hable es evidente, pero solo es cuestión de saber identificar ciertos aspectos de ellos; la comunicación no verbal es su único medio para hacerlo. Aquí puedes reconocer algunas actitudes que seguro has notado hablando con tu perro:
Sonrisa torcida: ¡seamos amigos! Labios retraídos para enseñar las encías: «no te acerques». Agachado con la cola hacia abajo y meneándola de forma exagerada: ¡tú eres el rey de la manada! Orejas levantadas: «¿qué pasa?». Pata delantera levantada sin pedírselo: «¡vamos a jugar un rato!» Orejas retraídas o planas: «necesita ayuda o no está seguro sobre lo que va a hacer». Orejas, rabo y pelo del cuello erizados: «¡Soy el mejor perro!». Cola agachada sin dejarse oler: «no, no quiero hacer amigos». Se revuelca después del baño: «¡no reconozco mi propio olor!.. ¡Quiero oler a mí!»
Además de entender diversos comportamientos, es esencial complementar el vínculo enseñándole y/o recordando palabras cortas. Como se mencionó antes, el inglés es una muy buena opción y para aprender idiomas en una escuela de inglés en Medellín para ti es asequible gracias a la diversidad que hay en la ciudad. Por ello, es otro paso a tener en cuenta si deseamos aprender sobre mascotas.
CENTRO DE IDIOMAS CANINO
Pero, ¿cómo comparar el comportamiento de un can con una escuela de inglés en Medellín? Aunque no existen centros de idiomas especializados en hacer hablar a una mascota, sí existen instituciones que son especialistas en enseñarnos nuevos talentos, como poseer un cerebro bilingüe. Para los amantes de los animales: un nuevo vocabulario que puedes practicar constantemente es «Sit down!», «catch it!», «shake your hand!», «let’s go!»
¡Seguro que también será bueno ser el centro de atención el hecho de hablar en inglés a tu mascota en el parque!